El nombre de este trastorno neuropsicológico llamado síndrome del muerto andante o síndrome del cadáver andante en la literatura es síndrome de Cotard. El síndrome de Cotard fue descrito por primera vez por Jules Cotard como «délire des negations» o delirios negativos.
El síndrome es un trastorno mental en el que los pacientes experimentan pensamientos de que están muertos, no existen, son defectuosos o han perdido órganos vitales.
El síndrome del walking dead puede definirse simplemente como «negación de la existencia». A veces se acompaña de síntomas de culpa, ansiedad y negatividad. Algunas personas dicen que sus órganos internos están agusanados y podridos y que no tienen órganos internos ni sangre en su cuerpo. Paradójicamente, algunos pacientes pueden tener pensamientos de inmortalidad. Los estudios demuestran que la enfermedad es más frecuente en pacientes de edad avanzada con depresión.
Entre las quejas de los pacientes:
– Sensación de gusanos en el cuerpo
– No huele a carne podrida.
Algunos pacientes que padecen el síndrome de Cotard se mueren de hambre porque se privan de alimentos pensando que ya están muertos. Los pacientes también tienden a intentar suicidarse y autolesionarse.
«No tengo órganos, soy inmortal, viviré para siempre»
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En 1788, el naturalista Charles Bonnet registra uno de los primeros casos del síndrome del muerto viviente. Una anciana está preparando una comida cuando, de repente, se le paraliza una parte del cuerpo. Cuando recupera la capacidad de sentir, moverse y hablar, pide a sus hijas que la envuelvan en un sudario y la metan en un ataúd; pide a sus hijas y amigos que la traten como si estuviera muerta durante días. Finalmente, lo envuelven en un sudario, lo acuestan y lo lamentan. Tras el tratamiento con hierbas y piedras preciosas, el síndrome desaparece al cabo de unos meses. Unos 100 años después, el neurólogo francés Jules Cotard se encontró con una dolencia inusual.
Según las notas de Cotard, su paciente Mademoiselle X «decía que no tenía cerebro, nervios, pecho, estómago ni intestinos, y al mismo tiempo que era inmortal y que viviría para siempre». Como se creía inmortal, no sintió necesidad de comer y pronto murió de hambre». La descripción médica que hizo Cotard de esta mujer fue muy difundida e influyente, y el trastorno acabó siendo conocido por su nombre.
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Otro ejemplo del síndrome del walking dead es el siguiente,
1) En 2008, un psiquiatra de Nueva York informó de que una paciente de 53 años llamada Ms. Lee, una paciente de 53 años, se quejó de que había muerto y olía a carne podrida. Les pidió que lo llevaran a la morgue cuando esto permitiera a su familia estar con los otros muertos. En lugar de llevarlo al hospital, sus padres llamaron al 911. Lee fue derivado a una unidad psiquiátrica y se recuperó tras un mes de medicación.
2) En 2003, unos psiquiatras griegos se encontraron con una persona que creía no tener cerebro dentro del cráneo. Esta persona primero intentó suicidarse, creyendo que no tenía sentido vivir, y luego volvió a trabajar sin tratamiento. Después de un tiempo, afirmó que había nacido sin cerebro. Mostró una mejora meses después del tratamiento.
Este síndrome, que últimamente ha sido objeto de películas de terror o series psicológicas, sigue siendo válido en el mundo de la psicología.
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