El famoso científico Albert Einstein era partidario de la idea de un contrato matrimonial. Porque no estaba teniendo una vida matrimonial muy feliz. Aunque pensó que podría superar los problemas del contrato, las cosas no salieron como quería. Además, siempre se debatió que Einstein era un buen miembro de la familia y un buen padre.
«¿Por qué mi lengua es tan venenosa cuando hablo de mi padre? ¿No lo sabes? Pensé que todo el mundo lo sabía. Mi padre nos abandonó, a mi madre, a mi hermano y a mí, en el andén de Berlín en agosto de 1914. Después de ese día, se declaró la guerra».
Estas frases venenosas que estás leyendo pertenecen a Eduard Einstein, hijo de Albert Einstein.
La vida privada de las personas inteligentes y conocidas siempre ha sido objeto de curiosidad. Albert Einstein, uno de los científicos más importantes de la historia y conocido por su inteligencia, desgraciadamente, su vida matrimonial no iba tan bien como su vida profesional.
Contrato matrimonial Einstein
En 1924, Einstein y su esposa Mileva Maric habían llegado al punto de separación, y él quería salvar su matrimonio por el bien de sus hijos. En consecuencia, Einstein preparó un contrato y lo presentó a su mujer para que lo aceptara. Einstein había definido ciertas responsabilidades en su contrato con su esposa. Albert Einstein esperaba que su esposa Mileva Maric cumpliera con estas responsabilidades según el contrato matrimonial. Aquí está ese contrato y sus condiciones;
R. Será responsable de lo siguiente:
1) Que mi ropa y mi ropa blanca estén en orden;
2) Ya que hago tres comidas al día en mi habitación de forma regular;
3) Que mi dormitorio y mi estudio se mantengan ordenados, sobre todo que nadie más use mi escritorio, excepto yo.
B. Cortarás todo contacto personal conmigo a menos que razones sociales lo requieran inevitablemente. En particular, no exigirá lo siguiente:
1) Para sentarme en casa contigo;
2) No quieres que salga o viaje contigo.
C. Observarás lo siguiente en tu relación conmigo:
1) No esperarás de mí intimidad física, no me reprocharás nada;
2) Dejarás de hablarme cuando te lo pida;
3) Abandonarás mi dormitorio o estudio en cualquier momento sin rechistar.
D. Nunca me humillarás con tus palabras o tu comportamiento delante de nuestros hijos.
Maleva Maric aceptó a regañadientes estas condiciones, pero su matrimonio ya no era salvable. Unos días después, Mileva Maric se llevó a sus hijos, dejó a su marido en Berlín y se trasladó a Zúrich. Ese mismo año, Albert Einstein se casó con Elsa Löwenthal, su prima segunda. Mileva no volvió a casarse.
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